trout : a fish that lives in rivers and lakes bait: 餌 手杖, 柺杖[C] Grandpa takes along a cane when he goes out for a walk. 爺爺出去散步時總要帶根手杖。 笞杖, 笞條[C] watering can crocus a small yellow, white, or purple flower that appears early in spring
hoe
KK [ho] DJ [həu]
鋤, 鋤頭[C
稻草人
拼音 [daocaoren] 注音 [ㄉㄠˋㄘㄠˇㄖㄣˊ]
a scarecrow
trapeze
KK [træˋpiz] DJ [trəˋpi:z]
(體操、馬戲團用的)吊架, 高空鞦韆
美女上錯身
She was brain washed.
prom = 舞會
Are you still close ? 你們還常聯絡嗎?
looking after me 保護我
left-handed 左撇子
prom = 舞會
Are you still close ? 你們還常聯絡嗎?
looking after me 保護我
left-handed 左撇子
Elephants are fun, cool animals
Elephants are fun, cool animals. Some kinds of elephants are endangered. Read theses interesting elephant facts to learn intersting things about Asian and African elephants.
Interesting Elephant Facts: The large flapping ears of an elephant are also very important for temperature regulation. Elephant ears are made of a very thin layer of skin stretched over cartilage and a rich network of blood vessels. On hot days, elephants will flap their ears constantly, creating a slight breeze. This breeze cools the surface blood vessels, and then the cooler blood gets circulated to the rest of the animal's body. The hot blood entering the ears can be cooled as much as ten degrees Fahrenheit before returning to the body. Differences in the ear sizes of African and Asian elephants can be explained, in part, by their geographical distribution. Africans originated and stayed near the equator, where it is warmer. Therefore, they have bigger ears. Asians live farther north, in slightly cooler climates, and thus have smaller ears.
The ears are also used in certain displays of aggression and during the males' mating period. If an elephant wants to intimidate a predator or rival, it will spread its ears out wide to make itself look more massive and imposing. During the breeding season, males give off an odour from a gland located behind their eyes. Joyce Poole, a well-known elephant researcher, has theorized that the males will fan their ears in an effort to help propel this "elephant cologne" great distances.
Walking at a normal pace an elephant covers about 3 to 6 km/h (2 to 4 mph) but they can reach 40 km/h (24 mph) at full speed.
Freaky Friday
1. Leave your bed ! 起來 不要賴床了
2. Down feet ! 把腳放下
3. Would you leave your brother alone? 不要鬧你弟弟了
2. Down feet ! 把腳放下
3. Would you leave your brother alone? 不要鬧你弟弟了
SKIP ( 中山國中課外教才)
It's the first day of school. Daniel is excited about learning new things. Delilah hopes to see her friends again. Skip wants to hide on the playground. He hates school. In class, Skip sits behind Portly Pete. However, Mrs. Smith tells him to change seats. She wants him to sit in the front. It's good that Skip is sitting so close to Mrs. Smith. Now she can call on him to answer any questions.
Skip and his friends are walking to school. Skip doesn't want to go to school, but Delilah is happy to see her friends again. Daniel likes to sit in class and learn new things. Skip says he would rather be on the playground right now. Portly Pete tells Skip that summer is over and he needs to get over it. Skip says he wants to hid somewhere. Ortly Pete remembers that Skip tried to hide in a trash can last year but his teacher found him.
Skip and his friends are walking to school. Skip doesn't want to go to school, but Delilah is happy to see her friends again. Daniel likes to sit in class and learn new things. Skip says he would rather be on the playground right now. Portly Pete tells Skip that summer is over and he needs to get over it. Skip says he wants to hid somewhere. Ortly Pete remembers that Skip tried to hide in a trash can last year but his teacher found him.
Daño y pérdida ( Psicología) - malentendido entre amigos
http://www.mundomujer.cl/pags/sicologia/DanoyPerdida4.htm
Muchos individuos suelen sentirse asimismo heridos cuando pierden una amistad. Un malentendido entre amigos puede ser uno de los hechos más desgarradores y dolorosos de la vida.
Las amistades suelen quebrarse a menudo porque un amigo traiciona la confianza de que lo ha hecho objeto el otro. Dos amigos comparten la misma vulnerabilidad. Una amistad construida sobre una vulnerabilidad común puede ser estrecha y hermosa. Ambos amigos tienen puntos débiles semejantes, y cada uno trata de evitar herir al otro, del mismo modo que él no desearía ser herido
Los problemas surgen cuando un amigo no es capaz de aceptar una ofensa o pérdida y en lugar de ello hiere a su amigo exactamente de la misma manera, exactamente como se confiaba en que no lo hiciera. Traiciona la amistad y por traicionar una vulnerabilidad compartida, también se traiciona a sí mismo. Las heridas más grandes siempre tienen sus raíces en el hecho de que alguien haya actuado con poca honestidad. Este es el peor tipo de dolor, ya que al perder un amigo tan íntimo, sentimos como si hubiésemos perdido parte de nosotros mismos.
La manera de corregir tal situación consiste en desplegar una total sinceridad, permitir a un amigo expresar la profundidad de su dolor y al otro aceptar la culpa por su falta de sensibilidad, su imprevisión y su crueldad. Si un amigo no está dispuesto a admitir su propio papel al causar dolor, el otro amigo tiene todo el derecho de evitar mantenerse próximo a él. ¿Por qué habría una persona de buscar sentirse próxima a otra que lo ha herido profundamente, a menos que esta persona esté dispuesta a aceptar sus errores?
Quien posee tan poca intuición o responsabilidad explícita para sus actos, no es muy digna de confianza. Si le permitimos volver a acercarse sin haber alcanzado antes un nuevo nivel más sincero de comprensión, no haremos más que colocarnos en situación de ser heridos nuevamente.
En tal caso, sería oportuno, además, que nos preguntemos "por qué", ya que esta vez somos nosotros quienes nos exponemos solicitando la herida que según sabemos ya, habrán de inferirnos. Es una insensatez continuar una amistad tan dolorosa.
Sin duda, en una verdadera amistad ambos amigos saben que ocasionalmente herirán al otro o bien serán heridos por éste. Pueden aceptar este hecho no como una debilidad, sino como prueba de la condición humana dé ambos. No ven los sentimientos heridos como pretexto para interrumpir una amistad sincera.
Las pérdidas más difíciles de soportar son las que no es posible reemplazar, pues sólo cabe aceptarlas. La muerte de alguien amado resulta horrorosamente real, totalmente definitiva. Las palabras conciliadoras que quisimos decir alguna vez no pueden ser ya dichas. Las reparaciones que pensábamos hacer en nuestro amor no se materializarán nunca. Es demasiado tarde. Los únicos cambios que pueden tener lugar ahora están dentro de nosotros mismos y en nuestra actitud.
Mucho de lo que sucede en el proceso del duelo tiene que ver con la aceptación de la pérdida y con la comprensión de nuestro enojo por haber sido abandonados y dejados solos. Existe asimismo, con frecuencia, mucha culpa por haber sobrevivido al otro y al recordar antiguos conflictos que no resueltos entre la persona que vive el duelo y la persona amada perdida.
Cuando perdemos a alguien a quien amamos, tendemos a utilizar todos los mecanismos defensivos de que disponemos. En general, al oír la noticia de la muerte de un ser querido, la primera reacción es negar el hecho. El deudo suele repetir: "No, no, no," como si tratase de negar la realidad de la pérdida.
Los sentimientos de vacío y de aislamiento se hacen más profundos. La persona abrumada por la pena trata de controlar sus sentimientos, de limitar la pérdida y de circunscribir el duelo. Puede desear perder la razón o bien comportarse como si la hubiese perdido para obtener alivio a su pena.
En su mayoría los ofrecimientos simbólicos se efectúan antes, pero también después de sufrida la pérdida:"Que me muera yo en lugar de él, o de ella", por ejemplo. Se proponen tratos y promesas de reforma y purificación. Es inútil.
El dolor se intensifica y el deudo se encuentra tratando de fingir que esto no sucedió, o bien creyendo en la magia, siguiendo rituales ciegamente, haciendo cualquier cosa para mantener viva la esperanza y alejado el dolor. Tales recursos son muy frágiles y la pérdida, con toda su tristeza, comienza a hacerse sentir. Poco a poco se va agotando la energía, al serle quitada parte de ese mundo propio que amó una vez.
Libro: El lenguaje de los sentimientos
David Viscott
Marzo 2004
Muchos individuos suelen sentirse asimismo heridos cuando pierden una amistad. Un malentendido entre amigos puede ser uno de los hechos más desgarradores y dolorosos de la vida.
Las amistades suelen quebrarse a menudo porque un amigo traiciona la confianza de que lo ha hecho objeto el otro. Dos amigos comparten la misma vulnerabilidad. Una amistad construida sobre una vulnerabilidad común puede ser estrecha y hermosa. Ambos amigos tienen puntos débiles semejantes, y cada uno trata de evitar herir al otro, del mismo modo que él no desearía ser herido
Los problemas surgen cuando un amigo no es capaz de aceptar una ofensa o pérdida y en lugar de ello hiere a su amigo exactamente de la misma manera, exactamente como se confiaba en que no lo hiciera. Traiciona la amistad y por traicionar una vulnerabilidad compartida, también se traiciona a sí mismo. Las heridas más grandes siempre tienen sus raíces en el hecho de que alguien haya actuado con poca honestidad. Este es el peor tipo de dolor, ya que al perder un amigo tan íntimo, sentimos como si hubiésemos perdido parte de nosotros mismos.
La manera de corregir tal situación consiste en desplegar una total sinceridad, permitir a un amigo expresar la profundidad de su dolor y al otro aceptar la culpa por su falta de sensibilidad, su imprevisión y su crueldad. Si un amigo no está dispuesto a admitir su propio papel al causar dolor, el otro amigo tiene todo el derecho de evitar mantenerse próximo a él. ¿Por qué habría una persona de buscar sentirse próxima a otra que lo ha herido profundamente, a menos que esta persona esté dispuesta a aceptar sus errores?
Quien posee tan poca intuición o responsabilidad explícita para sus actos, no es muy digna de confianza. Si le permitimos volver a acercarse sin haber alcanzado antes un nuevo nivel más sincero de comprensión, no haremos más que colocarnos en situación de ser heridos nuevamente.
En tal caso, sería oportuno, además, que nos preguntemos "por qué", ya que esta vez somos nosotros quienes nos exponemos solicitando la herida que según sabemos ya, habrán de inferirnos. Es una insensatez continuar una amistad tan dolorosa.
Sin duda, en una verdadera amistad ambos amigos saben que ocasionalmente herirán al otro o bien serán heridos por éste. Pueden aceptar este hecho no como una debilidad, sino como prueba de la condición humana dé ambos. No ven los sentimientos heridos como pretexto para interrumpir una amistad sincera.
Las pérdidas más difíciles de soportar son las que no es posible reemplazar, pues sólo cabe aceptarlas. La muerte de alguien amado resulta horrorosamente real, totalmente definitiva. Las palabras conciliadoras que quisimos decir alguna vez no pueden ser ya dichas. Las reparaciones que pensábamos hacer en nuestro amor no se materializarán nunca. Es demasiado tarde. Los únicos cambios que pueden tener lugar ahora están dentro de nosotros mismos y en nuestra actitud.
Mucho de lo que sucede en el proceso del duelo tiene que ver con la aceptación de la pérdida y con la comprensión de nuestro enojo por haber sido abandonados y dejados solos. Existe asimismo, con frecuencia, mucha culpa por haber sobrevivido al otro y al recordar antiguos conflictos que no resueltos entre la persona que vive el duelo y la persona amada perdida.
Cuando perdemos a alguien a quien amamos, tendemos a utilizar todos los mecanismos defensivos de que disponemos. En general, al oír la noticia de la muerte de un ser querido, la primera reacción es negar el hecho. El deudo suele repetir: "No, no, no," como si tratase de negar la realidad de la pérdida.
Los sentimientos de vacío y de aislamiento se hacen más profundos. La persona abrumada por la pena trata de controlar sus sentimientos, de limitar la pérdida y de circunscribir el duelo. Puede desear perder la razón o bien comportarse como si la hubiese perdido para obtener alivio a su pena.
En su mayoría los ofrecimientos simbólicos se efectúan antes, pero también después de sufrida la pérdida:"Que me muera yo en lugar de él, o de ella", por ejemplo. Se proponen tratos y promesas de reforma y purificación. Es inútil.
El dolor se intensifica y el deudo se encuentra tratando de fingir que esto no sucedió, o bien creyendo en la magia, siguiendo rituales ciegamente, haciendo cualquier cosa para mantener viva la esperanza y alejado el dolor. Tales recursos son muy frágiles y la pérdida, con toda su tristeza, comienza a hacerse sentir. Poco a poco se va agotando la energía, al serle quitada parte de ese mundo propio que amó una vez.
Libro: El lenguaje de los sentimientos
David Viscott
Marzo 2004
El malentendido entre amigos
http://www.revistafusion.com/201009021729/Opinion/Opinion/el-eterno-malentendido-entre-amigos.htm
12345( 1 Voto ) 0Share Los ciudadanos en España y Marruecos tienen el derecho de preguntarse sobre la incapacidad de los gobiernos de preservar las relaciones de amistad entre los dos países vecinos.
Si las tensiones son cíclicas, sólo los Estados asuman la responsabilidad de subsanar todo tipo de desencuentro e evitar a los pueblos malos tragos. ¿Por qué la vecindad entre los dos países está siempre a la merced de deslices, roces y conflictos jamás entendidos?
La situación de las relaciones hispano-marroquíes tras la descolonización en 1956 y las secuelas de los conflictos territoriales y de pesca ponen de manifiesto que existen realmente numerosas asignaturas pendientes y los choques entre los dos gobiernos son incesantes. El contencioso territorial infecta, 50 años después del fin del protectorado español, el conjunto de las relaciones bilaterales a pesar de la muestra de la buena voluntad a nivel oficial. La tensión y el clima de crispación que dominaban las relaciones entre Madrid y Rabat reaparecen con fuerza cada vez que surge un anodino malentendido entre los dos gobiernos. Las afinidades de las familias reales española y marroquí se iban fortaleciendo, para la sorpresa de la clase política. A nivel de gobiernos, las relaciones hispanomarroquíes están marcadas fundamentalmente desde el inicio de los años 80 hasta 1996 por la teoría del colchón de intereses para fomentar inversiones en Marruecos y la cooperación económica y financiera en el objetivo de apaciguar las tensiones entre los dos Estados. La proximidad geográfica, la necesidad de deslocalizar una parte de la producción española y las enormes oportunidades que ofrece el mercado marroquí en términos de coste de la mano de obra son razones lógicas para la empresa española de instalarse en la otra orilla del Estrecho. Los enfrentamientos entre los gobiernos de Madrid y Rabat, que siguen siendo la nota dominante en las relaciones hispanomarroquíes entre los dos países, se atizaron durante el segundo mandato (2000-2004) de José María Aznar como Presidente del gobierno español.
Los intentos de sanear las relaciones de los conflictos heredados del pasado acaparan el esfuerzo de los diplomáticos, de la sociedad civil y de los círculos económicos.Los clásicos conflictos como la pesca, la inmigración, el Sahara y las posesiones españolas en el Norte de Marruecos recobrarían fuerza situando los dos Estados al borde de la ruptura total. Sin embargo, en las relaciones sociales ocurriría todo lo contrario y no se produjo ningún tipo de incidente racista o xenófobo contra los marroquíes a pesar de la implicación, por ejemplo en marzo de 2004, de sus conciudadanos en los atentados del 11-M. El descontento del gobierno marroquí se fue incrementando con el tratamiento informativo que se hace de los temas relacionados con las instituciones nacionales, particularmente la monarquía. En la literatura diplomática usada por Marruecos y España, los términos colaboración y cooperación ocupan un espacio simbólico en su discurso sobre la manera de luchar contra los flujos irregulares de inmigrantes. En cuanto a las posesiones territoriales en el Norte de Marruecos, la postura oficial del gobierno de Rabat parece, desde los años 80, condicionada por el pragmatismo y la evolución de las negociaciones entre España y el Reino Unido en relación con el futuro de Gibraltar. Preocupación recurrente en la agenda política de las dos partes, la persistencia del conflicto del Sahara, a pesar de las multitudes resoluciones del Consejo de Seguridad, conduce a una evidencia según la cual la comunidad internacional está enfrentada a uno de los conflictos irresolubles.
El análisis de una nueva etapa, iniciada por la victoria del PSOE en las elecciones del 14 de marzo de 2004, permitió resaltar la disposición de las dos partes a dar un giro total en sus relaciones e inaugurar unas relaciones cuyos protagonistas serán el Rey Mohamed VI y el presidente del gobierno, José Luís Zapatero. Es una clara respuesta a la doctrina de Aznar que había dejado de privilegiar en el plano bilateral a Marruecos en beneficio de Argelia.
Los intentos de sanear las relaciones de los conflictos heredados del pasado acaparan el esfuerzo de los diplomáticos, de la sociedad civil y de los círculos económicos. El desastre de Anual (1921) está apenas citado en los libros de textos en Marruecos y las percepciones negativas sobre el colectivo marroquí se diluyen paulatinamente con la integración social de los inmigrantes y los intercambios culturales. Hasta 1956, el marroquí había sido identificado en la memoria colectiva, como el indígena, el colonizado o el infiel. Actualmente, la imagen de Marruecos en España se mide a través del legado cultural, los medios de comunicación y las encuestas sociológicas, pero lamentablemente en ninguno de los tres canales goza de simpatía dentro de una gran parte de la población española.
Esta vecindad conflictiva ha sido con el paso del tiempo, un tema recurrente en los comentarios, crónicas y editoriales de la prensa española ocupando, a menudo, un importante espacio en sus páginas. La permanente presencia de temas marroquíes en los periódicos se justifica por la preocupación de informar a los lectores de lo que afecta a su entorno geográfico. La misma tendencia se observa en los resultados de algunos barómetros de centros demoscópicos y durante las crisis migratoria (septiembre de 2001), diplomática (octubre/noviembre de 2001) y territorial/Perejil (julio de 2002).
Sorprende admitir que en los momentos de crisis, la hostilidad sustituye de inmediato los acercamientos y salen a la luz las discrepancias en las relaciones. En estas condiciones, la valoración del sistema político marroquí no puede sustraerse al condicionamiento de los problemas coyunturales. Está visto a través del déficit en infraestructuras, del descontrol de los flujos migratorios, del ritmo de las reformas y del carácter de sus instituciones. La ignorancia de lo que se hace en el otro lado del Estrecho, en éstos momentos, hace pasar a un segundo plano la labor de la clase política, los resultados de las reformas realizadas y los intentos de progresar en la vía del entendimiento entre las dos sociedades. Δ
Mohamed Boundi B. es Doctor en sociología y Ciencias de la Comunicación, periodista.
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12345( 1 Voto ) 0Share Los ciudadanos en España y Marruecos tienen el derecho de preguntarse sobre la incapacidad de los gobiernos de preservar las relaciones de amistad entre los dos países vecinos.
Si las tensiones son cíclicas, sólo los Estados asuman la responsabilidad de subsanar todo tipo de desencuentro e evitar a los pueblos malos tragos. ¿Por qué la vecindad entre los dos países está siempre a la merced de deslices, roces y conflictos jamás entendidos?
La situación de las relaciones hispano-marroquíes tras la descolonización en 1956 y las secuelas de los conflictos territoriales y de pesca ponen de manifiesto que existen realmente numerosas asignaturas pendientes y los choques entre los dos gobiernos son incesantes. El contencioso territorial infecta, 50 años después del fin del protectorado español, el conjunto de las relaciones bilaterales a pesar de la muestra de la buena voluntad a nivel oficial. La tensión y el clima de crispación que dominaban las relaciones entre Madrid y Rabat reaparecen con fuerza cada vez que surge un anodino malentendido entre los dos gobiernos. Las afinidades de las familias reales española y marroquí se iban fortaleciendo, para la sorpresa de la clase política. A nivel de gobiernos, las relaciones hispanomarroquíes están marcadas fundamentalmente desde el inicio de los años 80 hasta 1996 por la teoría del colchón de intereses para fomentar inversiones en Marruecos y la cooperación económica y financiera en el objetivo de apaciguar las tensiones entre los dos Estados. La proximidad geográfica, la necesidad de deslocalizar una parte de la producción española y las enormes oportunidades que ofrece el mercado marroquí en términos de coste de la mano de obra son razones lógicas para la empresa española de instalarse en la otra orilla del Estrecho. Los enfrentamientos entre los gobiernos de Madrid y Rabat, que siguen siendo la nota dominante en las relaciones hispanomarroquíes entre los dos países, se atizaron durante el segundo mandato (2000-2004) de José María Aznar como Presidente del gobierno español.
Los intentos de sanear las relaciones de los conflictos heredados del pasado acaparan el esfuerzo de los diplomáticos, de la sociedad civil y de los círculos económicos.Los clásicos conflictos como la pesca, la inmigración, el Sahara y las posesiones españolas en el Norte de Marruecos recobrarían fuerza situando los dos Estados al borde de la ruptura total. Sin embargo, en las relaciones sociales ocurriría todo lo contrario y no se produjo ningún tipo de incidente racista o xenófobo contra los marroquíes a pesar de la implicación, por ejemplo en marzo de 2004, de sus conciudadanos en los atentados del 11-M. El descontento del gobierno marroquí se fue incrementando con el tratamiento informativo que se hace de los temas relacionados con las instituciones nacionales, particularmente la monarquía. En la literatura diplomática usada por Marruecos y España, los términos colaboración y cooperación ocupan un espacio simbólico en su discurso sobre la manera de luchar contra los flujos irregulares de inmigrantes. En cuanto a las posesiones territoriales en el Norte de Marruecos, la postura oficial del gobierno de Rabat parece, desde los años 80, condicionada por el pragmatismo y la evolución de las negociaciones entre España y el Reino Unido en relación con el futuro de Gibraltar. Preocupación recurrente en la agenda política de las dos partes, la persistencia del conflicto del Sahara, a pesar de las multitudes resoluciones del Consejo de Seguridad, conduce a una evidencia según la cual la comunidad internacional está enfrentada a uno de los conflictos irresolubles.
El análisis de una nueva etapa, iniciada por la victoria del PSOE en las elecciones del 14 de marzo de 2004, permitió resaltar la disposición de las dos partes a dar un giro total en sus relaciones e inaugurar unas relaciones cuyos protagonistas serán el Rey Mohamed VI y el presidente del gobierno, José Luís Zapatero. Es una clara respuesta a la doctrina de Aznar que había dejado de privilegiar en el plano bilateral a Marruecos en beneficio de Argelia.
Los intentos de sanear las relaciones de los conflictos heredados del pasado acaparan el esfuerzo de los diplomáticos, de la sociedad civil y de los círculos económicos. El desastre de Anual (1921) está apenas citado en los libros de textos en Marruecos y las percepciones negativas sobre el colectivo marroquí se diluyen paulatinamente con la integración social de los inmigrantes y los intercambios culturales. Hasta 1956, el marroquí había sido identificado en la memoria colectiva, como el indígena, el colonizado o el infiel. Actualmente, la imagen de Marruecos en España se mide a través del legado cultural, los medios de comunicación y las encuestas sociológicas, pero lamentablemente en ninguno de los tres canales goza de simpatía dentro de una gran parte de la población española.
Esta vecindad conflictiva ha sido con el paso del tiempo, un tema recurrente en los comentarios, crónicas y editoriales de la prensa española ocupando, a menudo, un importante espacio en sus páginas. La permanente presencia de temas marroquíes en los periódicos se justifica por la preocupación de informar a los lectores de lo que afecta a su entorno geográfico. La misma tendencia se observa en los resultados de algunos barómetros de centros demoscópicos y durante las crisis migratoria (septiembre de 2001), diplomática (octubre/noviembre de 2001) y territorial/Perejil (julio de 2002).
Sorprende admitir que en los momentos de crisis, la hostilidad sustituye de inmediato los acercamientos y salen a la luz las discrepancias en las relaciones. En estas condiciones, la valoración del sistema político marroquí no puede sustraerse al condicionamiento de los problemas coyunturales. Está visto a través del déficit en infraestructuras, del descontrol de los flujos migratorios, del ritmo de las reformas y del carácter de sus instituciones. La ignorancia de lo que se hace en el otro lado del Estrecho, en éstos momentos, hace pasar a un segundo plano la labor de la clase política, los resultados de las reformas realizadas y los intentos de progresar en la vía del entendimiento entre las dos sociedades. Δ
Mohamed Boundi B. es Doctor en sociología y Ciencias de la Comunicación, periodista.
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